domingo, 26 de enero de 2014

La experiencia del vacío


Cuando uno llega a Disneylandia por la carretera ( un amigo había convenido llevarnos en automóvil hasta allí y en recogernos por la noche ) , la emoción nace en primer término del paisaje. A lo lejos , de pronto , como surgido del horizonte , pero ya cercano ( experiencia visual análoga a la que permite descubrir de un solo golpe de vista el Mont Sant Michel o la catedral de Chartres) , el castillo de la Bella Durmiente del bosque se recorta en el cielo con sus torres y sus cúpulas , semejante , sorprendentemente semejante, a las fotografías ya vistas en la prensa y a las imágenes ofrecidas por la televisión. Era ese sin duda el primer placer que brindaba Disneylandia: se nos ofrecía un espectáculo semejante al que se nos había anunciado . Ninguna sorpresa. era como ocurría con el Muse de Arte moderno de Nueva York , donde uno no deja de comprobar hasta qué punto los originales se parecen a sus copias . Sin duda allí estaba ( según lo pensé después ) la clave de un misterio que me llamó la atención desde el principio : ¿por qué había allí tantas familias norteamericanas visitando el parque , siendo así que , evidentemente, ya habían visitado a sus homólogos de allende el Atlántico ? Pues bien, justamente esas familias reencontraban allí lo que ya conocían. Saboreaban el placer de la verificación , la alegría del reconocimiento, más o menos como esos turistas demasiado intrépidos que , perdidos en el confín de un mundo exótico cuyo color local pronto los cansa , se reencuentran y se reconocen en el anonimato centelleante del gran espacio de un supermercado 


El viaje imposible 
El turismo y sus imágenes 
Marc Augé 
Gedisa Editorial


domingo, 19 de enero de 2014

Incipientes hastíos vitales

Me había acostado con docenas de hombres y ninguno merecía que lo recordase. Hoy pensamos que hay una época de la vida en la que uno sale y se divierte ; después aparece la imagen de la muerte . Todos los hombres  que he conocido tenían terror a envejecer, no paraban de pensar en su edad. Esa obsesión por la edad empieza muy pronto, la he visto en gente de veinticinco años, y luengo no hace más que empeorar. Decidí parar , dejar el juego. Llevo una vida tranquila, sin alegría. Por las noches leo, me hago infusiones , bebidas calientes . Todos los fines de semana voy a casa de mis padres, paso mucho tiempo con mi sobrino y mis sobrinas . Cierto que necesito un hombre, que a veces tengo miedo de noche y que me cuesta trabajo dormirme. Están los tranquilizantes , los somníferos ; pero eso no basta del todo. En realidad , me gustaría que la vida pasara muy deprisa 


Las partículas elementales
Michel Houllebecq 
Anagrama
Tirso de Molina by Refusenik





domingo, 12 de enero de 2014

Exabrupto

-Para que luego hablen de decadencia - declaró -¿a qué grado de decadencia puede llegar la sociedad? Vamos a ver. Este país es a todas luces la capital psiquiátrica y psicoanalítica del mundo. Ni el propio Freud habría soñado con discípulos más acérrimos que la población de Estados Unidos . ¿No tengo razón? Toda nuestra maldita cultura está enfocada a eso; es la nueva religión, el chupete espiritual e intelectual de todos . Y , a pesar de ello, mirad lo que pasa cuando un tío se chala de verdad. Llaman a la poli , lo hacen desaparecer rápida y sigilosamente y lo encierran para que no despierte al vecindario. Hay que ver, a la hora de la verdad todavía estamos en la Edad Media. Es como si hubiera un tácito acuerdo colectivo de vivir en un estado de autoengaño absoluto. Al cuerno la realidad! Disfrutemos de un montón de bonitas carreteras y de bonitas casas pintadas de blanco y de rosa y de azul cielo: seamos buenos consumidores y que exista una gran uniformidad, y eduquemos a nuestros hijos en un baño de sentimentalismo ( papá es un gran hombre porque se gana la vida, y mamá una gran mujer porque ha aguantado a papá todos estos años) , y si la realidad aparece un día y nos mete miedo, todos estaremos muy ocupados y haremos ver que no pasa nada .








Vía revolucionaria 
Richard Yates 
Alfaguara
Foto : Tom Gralish

domingo, 5 de enero de 2014

Contadores a cero



Lo que cambió todo y salvó la situación fue que tuvo una epifanía. Tuvo la epifanía cuando llevaba casada tres años y siete meses.
En términos de psico-desarrollo secular, una epifanía es un descubrimiento repentino que cambia la vida , a menudo catalizando el proceso de madurez emocional de una persona. La persona, en un sólo destello cegador , "crece" , "se hace adulta" y "deja de lado las cosas infantiles". Se despoja de ilusiones que se han vuelto pringosas y rancias como resultado de haberse prolongado en un montón de años . Se transforma, para bien o para mal, en un ciudadano de la realidad. 
En realidad, las epifanías genuinas son extremadamente raras. En la vida adulta contemporánea, la madurez y la conformidad son procesos graduales , paulatinos y a menudo imperceptibles , semejantes a la formación de cálculos renales . El idioma moderno normalmente emplea "epifanía!" como metáfora . Solamente es en representaciones dramáticas , iconografía religiosa y en el "pensamiento mágico" de los niños donde esa clase de descubrimientos quedan comprendidos en un repentino destello cegador


Entrevistas breves con hombres repulsivos 
David Foster Wallace
Debolsillo 
Foto : Allah O,khabar Abbas Attar