jueves, 25 de septiembre de 2014

Que se aparten los trenes...

  Al principio- escribe Pursewarden- , tratamos de complementar el vacío de nuestra individualidad por medio del amor, y por un breve instante tenemos la ilusión de la plenitud. Pero es sólo una ilusión. Pues esa criatura extraña que creímos nos uniría al cuerpo del universo, consigue al final separarnos aún más de él. El amor une, luego separa. ¿Cómo , si no , podríamos desarrollarnos?
   ¿Cómo , en efecto? Pero con el alivio de no tener una vez más pareja, he regresado a tientas a mi rincón oscuro donde las sillas vacías de los invitados permanecen erguidas como estériles espigas de trigo.



Balthazar 
Lawrence Durrell
Edhasa Pocket 
Foto : Francesc Catalá Roca




sábado, 13 de septiembre de 2014

Mínima alma mía

Días alciónicos, solsticio de mi vida…Lejos de embellecer mi dicha distante, tengo que luchar para no empalidecer su imagen; hasta su recuerdo es ya demasiado fuerte para mí. Más sincero que la mayoría de los hombres , confieso sin ambages las causas secretas de esa felicidad; aquella calma tan propicia para los trabajos y las disciplinas del espíritu se me antoja uno de los efectos más bellos del amor. Y me asombra que esas alegrías tan precarias , tan raramente perfectas a lo largo de una vida humana- bajo cualquier aspecto con que las hayamos buscado o recibido-, sean objeto de tanta desconfianza por quienes se creen sabios, temen el hábito y el exceso de esas alegrías en vez de temer su falta y su pérdida, y gastan en tiranizar sus sentidos un tiempo que estaría mejor empleado en ordenar o embellecer su alma. En aquella época ponía yo en acendrar mi felicidad , en saborearla, y tambien en juzgarla, esa constante atención que siempre concedí a los menores detalles de mis actos; ¿y que es la voluptuosidad sino un momento de apasionada atención del cuerpo? Toda dicha es una obra maestra :el menor error la falsea, la menor vacilación la altera, la menor pesadez la desluce, la menor tontería la envilece. La mía no es responsable de ninguna de las imprudencias que más tarde la quebraron; mientras obré a su favor fui sensato . Creo todavía que un hombre más sensato que yo hubiera podido ser dichoso hasta su muerte.



Memorias de Adriano
Marquerite Yourcenar 
Salvat
Foto: Monica Denevan



miércoles, 3 de septiembre de 2014

Gourmet fustrado

Presentía vagamente que había dos clases de deseo sexual. Por ejemplo, según Círculo de Móbius, cuando se trata de cortejar a una mujer, siempre se empieza con lecciones sobre el gusto y la nutrición…Esto es, antes de tratar directamente el sexo. La comida existe en términos generales para un hambriento, y allí no cuenta el gusto de la carne de Kobe o de las ostras de Hiroshima; sólo despues de llenar el estómago, uno empieza a discernir sobre las diferencias en los sabores particulares de cada una de las cosas.Lo mismo ocurre con el deseo sexual y luego da lugar a los gustos sexuales particularizados . Tampoco se puede discutir el sexo en términos generales ; depende el momento y del lugar…A veces se necesita una dosis de vitaminas…A veces un bol de arroz con anguila. Era una teoría muy bien sistematizada , pero desgraciadamente ninguna de sus sus amigas había mostrado disposición para experimentar con el deseo sexual generalizado o algún otro en particular . Y era natural ,ningún hombre o mujer puede ser seducido sólo por una teoría . Hasta el ingenuo Círculo de Mobius , a pesar de saberlo , seguramente seguía tocando timbres de casas vacías, solo porque no deseaba cometer la violación espiritual.
Obviamente , él tampoco era tan romántico como para soñar con relaciones sexuales puras .Eso se puede hacer cuando uno está ante la muerte …Asi como el bambú produce semillas cuando está  por secarse .. O el ratón hambriento va de un lugar a otro copulando frenéticamente. ..Como los reyes o gobernantes que viven en una torre y se dedican a crar su propio harén… Como los soldados que esperan el ataque del enemigo y se masturban aprovechando los pocos y preciosos minutos que les quedan...



Kobo Abe 
La mujer de la Arena
Siruela 
Foto:  Yale Joel