lunes, 24 de agosto de 2015

El mar al fondo vela

Hubiera querido sentirme áspero y esencial
como los guijarros que tu devuelves ,
comidos por la sal, 
astilla fuera  del tiempo, testimonio
de una voluntad fría que no pasa .
Otro fui : hombre comedido que estudia
en si, en los demás , el bullir 
de la vida fugaz- hombre que demora 
la acción , que nadie , en fin , destruye.
Quise buscar el mal
que carcome el mundo, la leve torcedura
de una palanca que detiene
el mecanismo universal; y vi todos 
los sucesos del minuto
como prontos a desunirse de golpe.
Siguiendo el surco de un sendero tuve 
lo opuesto en el corazón , con su oferta;  y quizá
necesitaba el cuchillo que corta, 
la mente que decide y determina.
Necesitaba otros libros ,
y no tu página retumbante.
Más no lamento nada ; tu deshaces
aún los internos nudos con tu canto .
Ya tu delirio asciende hacia los astros .





Huesos de sepia y otros poemas
Extraido de Mediterraneo
Eugenio Montalé
Orbis
Foto: Akiro Takizawa