
Hay que ver cuán vasta la culturilla que posee, y qué holgura con la que se pasea por platós y tertulias, séntando cátedra , ilustrándonos...! Alaska se cree tan - tan moderna que puede permitirse codearse con la derecha más rancia y recalcitrante de este país. Puede arrimarse a los mismos que pisotean los derechos de aquellos que corean enloquecidos sus canciones. Pero si ella lo hace está muy bien . Es cool . Queda tope guay, rollo intelectual: ellá está por encima del bien y del mal. Puede jugar a dos bandas y desenvolverse magistralmente porque tiene recursos para eso y mucho más . Desprendida de aquellos que hace 20 años compraron sus discos y que ya sólo adquieren coleccionables de "El Pais" y visitan "La casa Encencida" en puntuales eventos , su público más fiel , hoy por hoy, son esos otros incautos , los que descargan su música y van a sus conciertos, afortunadamente para su beneficio , sin ningún credo pólítico, son esa generacion perdida que ella succiona y parasita a su antojo . Su actual repertorio en forma de infumable pedorreta chuequera , de refrito del refrito , es lo que ahora queda de ella: himnos mari-absurdos , botellón musical barato de insoportable zafiedad.
La factura de todo esto no tardará en llegarle. Cuando esto suceda , ya le dará igual, ni rastro quedará de lo que postulaba hace dos décadas en las entrevistas que concedía a Ajoblanco .. Alaska será para entonces toda una señorona, de las de Madrid de toda la vida, con su coño gordo bien forrado, eso por supuesto.
Podría haberse retirado como un glorioso mito vivo , tanto cultural , como artístico. Pero su avaricia, (y la de su marido) no conocen límites. E aquí un icono aplastado por su propia insaciable voracidad.
La factura de todo esto no tardará en llegarle. Cuando esto suceda , ya le dará igual, ni rastro quedará de lo que postulaba hace dos décadas en las entrevistas que concedía a Ajoblanco .. Alaska será para entonces toda una señorona, de las de Madrid de toda la vida, con su coño gordo bien forrado, eso por supuesto.
Podría haberse retirado como un glorioso mito vivo , tanto cultural , como artístico. Pero su avaricia, (y la de su marido) no conocen límites. E aquí un icono aplastado por su propia insaciable voracidad.