
Estas ramas torcidas interpretan la pena como debilidad, por eso hay que cortarlas, separlas del árbol. Aquí están bien aislados, cercenados del mundo. Si por mi fuera se pudrirían en el destierro. Pero no lo permiten estas leyes tan débiles. Aunque siempre me esmero en que cumplan entera su condena y encamino mis rezos a que vuelvan, como estos dos de hoy. Al final todos vuelven. La vida expulsa a los que están podridos. Siempre ha ocurrido así. Los peores son los invertidos, a montones aquí. Nunca van a rehabilitarse. Los otros, los ladrones, en el fondo dan lástima. Al fin y al cabo Cristo murió crucificado entre dos de ellos .
VIAJE AL CENTRO DE LA INFAMIA
Miguel Angel Sosa Machín
Anroart Ediciones
http://www.eldia.es/2008-05-18/canarias/canarias6.htm
http://expresos-sociales.blogspot.com/2007/02/escuntra-en-el-campo-de-concentracin-de.html
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