
A un autor como yo, joven, poeta y contestatario, no le llovían las ofertas de tantos ceros . Sobre todo en un negocio como el del libro ,que revestido de pureza y vanidades intelectuales , resultaba especialmente propenso a la corrupción y la mentira. La situación de los artistas y los llamados intelectuales resultaba a los ojos contemporáneos , recíen inagurado el siglo XXI , tan precaria o más que las de las pasadas centurias . La vida de la dorada bohemia , que tambien sería una invención a posteriori , era a día de hoy una vida en la indigencia . Y es que , no nos engañemos, al poder no le ha interesado nunca más que comparsas y animalitos de compañia bien amaestrados que hicieran las gracias en el momento oportuno. Los comprometidos, los libres , los no atados por nada ni por nadie más que por la verdad , eran elementos a tener controlados, y eso seguía inamovible después de siglos , salvo que los mecanismos de control eran más sutiles y perversos. La poeseía estaba más o menos de moda. Prestigiaba, pero no era, que digamos , el plato estrella del negocio del libro. Lo de la juventud vendía si ibas de alternativo - nunca entendí eso de alternativo. ¿alternativo a qué , o a quién? -, y en realidad te trabajabas el cenáculo literario, e ibas haciendo méritos poco a poco ...Todo tipo de méritos , más o menos intelectuales , hacía que la cosa prosperara . Exisitía toda una pléyade de jóvenes escritores , transgresores de manual, subvencionados siempre y cuando fuesen complacientes con el sistema, y su subversión sólo se fundamentara en la pose... Y sobre lo de contestatario, ..., había tanto a lo que contestar , y de tan mala manera , que más que un rasgo de caracter se trataba de una obligación moral. Es decir, tenía todas las papeletas para ser condenado al ostracismo , sin el trámite oficial de condena, que es la peor y más contemporánea forma de destierro.
Manuel Francisco Reina
La mirada de salRoca editorial
Foto : William Bourroughs 1979 by Mapplethorpe