martes, 22 de mayo de 2012

Lejana misantropía

A veces , sin que lo espere o deba esperarlo , la sofocación de lo vulgar  se me agarra a la garganta  y siento la náusea física de la voz y del gesto de lo llamado semejante. La náusea física directa , sentida directamente en el estómago y en la cabeza, maravilla estúpida de la sensibilidad despierta... Cada individuo que me habla, cada cara cuyos ojos me miran, me afectan como un insulto o como una porquería. Reboso horror de todo. Me atonto de sentir sentirlos .
Y sucede, casi siempre, en esos momentos de desolación estomacal, que hay un hombre , una mujer , hasta un niño , que se yergue ante mi como un representante real de la trivialidad que me acongoja. No representante debido a una emoción mía, subjetiva y pensada, sino debido a una verdad objetiva, realmente conforme por fuera con lo que siento por dentro que surge por magia simpática y me trae  el ejemplo para la regla que pienso


Libro del desasosiego
Fernando Pessoa
Seix Barral 
Foto :Andrea Modica 

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