lunes, 21 de octubre de 2013

En un día en que me pesa....


Mi deseo es huir. Huir de lo que conozco , huir de lo que es mío, huir de lo que amo . Deseo partir - no para las Indias imposibles , o para las grandes islas del sur de todo, sino para el sitio cualquiera- aldea o yermo- que tenga en sí el no ser este sitio. Quiero no ver ya estos rostros, estas costumbres y estos días . Quiero reposar, ajeno , de mi fingimiento orgánico. Quiero sentir al sueño llegar como vida, y no como reposo. Una cabaña a la orilla del mar , una caverna, incluso, en la falda rugosa de una sierra, puede darme esto. Desgraciadamente, sólo mi voluntad no puede dármelo.
La esclavitud es la ley de la vida, y no hay otra ley , porque ésta tiene que cumplirse , sin insurrección posible ni refugio que encontrar. Unos nacen esclavos , otros se vuelven esclavos, y a otros les es dada la esclavitud. El amor cobarde que todos tenemos a la libertad - que, si la tuviéramos, la extrañaríamos, por nueva, y la repudiaríamos- es la verdadera señal del peso de nuestra esclavitud . Yo mismo , que acabo de decir que desearía la cabaña o la caverna donde estuviese libre de la monotonía de todo, que es la de mí, ¿osaría yo partir para esa cabaña o caverna, sabiendo , por conocimiento , que , puesto que la monotonía es de mí , la habría de tener siempre conmigo? Yo mismo, que me ahogo donde estoy y porque estoy  ¿dónde respiraría mejor  si la enfermedad es de mis pulmones y no de los aires que me rodean? Yo mismo , que anhelo alto el sol puro y los campos libres , el mar visible y el horizonte entero, ¿quién me asegura que no extrañaría la cama , o la comida, o no tener que bajar los ocho tramos de la escalera hasta la calle, o no entrar en la tabaquería de la esquina , o no darle los buenos días al barbero ocioso?
Todo lo que nos rodea se vuelve parte de nosotros , se nos infiltra en la sensación de la carne y de la vida, y , baba de la gran Araña, nos liga sutilmente a lo que nos rodea , enredándonos en un lecho suave de muerte lenta, donde oscilamos al viento. Todo es nosotros, y nosotros somos todo, ¿pero de qué sirve esto , si no es nada? Un rayo de sol, una nube cuya sombra súbita dice que pasa, una brisa que se levanta, el silencio que llega cuando cesa, un rostro u otro, algunas voces , la risa casual entre ellas , que hablan , y después la noche en que emergen sin sentido los jeroglificos rotos de las estrellas.



Libro del desasosiego
Fernando Pessoa 
Seix Barral
Foto : Benjamin Goss




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