jueves, 8 de mayo de 2014

Feroz limosna

En la época en que yo tenía amigos , muchas veces se han reído de mi manía de elegir siempre los caminos más enrevesados : Yo me pregunto por qué la realidad ha de ser simple. Mi experiencia me ha enseñado que, por el contrario, casi nunca lo es y que cuando hay algo que parece extraordinariamente claro, una acción que al parecer obedece a una causa sencilla , casi siempre hay debajo móviles más complejos. Un ejemplo de todos los días : la gente que da limosna; en general, se considera que es más generosa y mejor que la gente que no la da. Me permitiré tratar con el mayor desdén esa teoría simplista. Cualquiera sabe que no se resuelve el problema de un mendigo  ( de un mendigo auténtico ) con un peso o un pedazo de pan: solamente se resuelve el problema psicológico del señor que compra así, por casi nada , su tranquilidad espiritual y su título de generoso. Júzguese hasta qué punto esa gente es mezquina cuando no se decide a gastar más de un peso por día para asegurar su tranquilidad espiritual y la idea reconfortante y vanidosa de su bondad. Cuánta más pureza de espíritu y cuánto más valor se requiere para sobrellevar la existencia de la miseria humana sin esta hipócrita ( y usuaria) operación !



El túnel
Ernesto Sávato
Seix Barral 
Ilustración: Jules Bastién Lepage



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