miércoles, 1 de octubre de 2014

Un país poblado de hombre vulgares , incultos , trapaceros.

Así era más o menos la España de los años setenta: un país poblado de hombres vulgares , incultos trapaceros , jugadores , mujeriegos  y sin muchos escrúpulos, provincianos con moral de supervivientes educados entre Acción Católica y Falange que habían vivido con comodidad bajo el franquismo , colaboracionistas que ni siquiera hubiesen admitido su colaboración pero en secreto se avergonzaban cada vez más de ella y que confiaron en Suárez porque sabían que aunque quisiera ser el más justo y el más moderno y el más audaz- o precisamente porque quería serlo- nunca dejaría de ser uno de los suyos y nunca les llevaría a donde no quisieran ir. Suárez no los defraudó : construyó para ellos un futuro, y construyéndolo limpió su pasado , o intentó limpiarlo.



Javier Cercas 
Anatomía de un instante
Mondadori
Foto: Oriol Maspons




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