jueves, 25 de septiembre de 2014

Que se aparten los trenes...

  Al principio- escribe Pursewarden- , tratamos de complementar el vacío de nuestra individualidad por medio del amor, y por un breve instante tenemos la ilusión de la plenitud. Pero es sólo una ilusión. Pues esa criatura extraña que creímos nos uniría al cuerpo del universo, consigue al final separarnos aún más de él. El amor une, luego separa. ¿Cómo , si no , podríamos desarrollarnos?
   ¿Cómo , en efecto? Pero con el alivio de no tener una vez más pareja, he regresado a tientas a mi rincón oscuro donde las sillas vacías de los invitados permanecen erguidas como estériles espigas de trigo.



Balthazar 
Lawrence Durrell
Edhasa Pocket 
Foto : Francesc Catalá Roca




No hay comentarios:

Publicar un comentario