miércoles, 28 de enero de 2009

Y no poder salir ....



Esta moda de los deseos efímeros , intensos , urgentes y desechables ha contagiado nuestro mundo afectivo, que se ha fragilizado, porque incita a un hedonismo inquieto y un poco escéptico. La moda , con su atractivo imperioso y efímero , se ha convertido en un arquetipo vital. Nada proporciona un gran placer ,y la única solución es encadenar múltiples y veloces placeres , plenamente sustituibles. Se trata de alcanzar plurales cosechas de vértigos , aunque sean small size . Lo llamaré "hedonismo de la cantidad " porque creo que su antecedente es la "moral de la cantidad de experiencias", de la que hablaba Camus . Esto enlaza con una de las más curiosas características de la "nueva economía" .Lo importante no es ofrecer objetos sino experiencias. Se trata de una nueva economía libidinal .Coches ,alimentos, ordenadores, relojes, no se publicitan exponiendo sus ventajas , sino prometiendo una experiencia. Experiencias, por supuesto, que se viven en el régimen veloz del capricho, porque el mercado no puede detenerse , y necesita el combustible de la insatisfacción para funcionar.

JOSÉ ANTONIO MARINA
Las arquitecturas del deseo

Anagrama

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