lunes, 4 de julio de 2011

Aquel armario de cristal....


En el centro de la ciudad , junto a la universidad de la Sorbona, había un cruce de avenidas de mucho tránsito donde iba cada día. Sentado en un banco del bulevar o en las mesas de un café que acababan de abrir en una de las esquinas del cruce, leía los periodicos, escribía música y hacía filosofías. Solía decirme a mi mismo que ningún deseo es más próspero que aquel que no se satisface nunca y que se alumbra precisamente para no ser satisfecho. No hay muchachos por los que pueda sentirse mayor codicia que por esos que paran frente a nosotros sin que sepamos nada de ellos ni hagamos esfuerzo por saber, esos a los que mientras miramos estamos ya perdiendo. Yo era un cobarde , amigo Fornari, e inventaba esas razones para sentir orgullo de aquello que sólo debía inspirar verguenza.


La muerte de Tadzio
Luis G. Martín
Punto de lectura
Foto: Andrew Wingler

2 comentarios:

  1. Recuerdo este libro lleno de vivencia sexuales y de erotismo. El otro día pasaban Muerte en Venecia, maravilloso film, cuyo personaje ha trascendido.

    besote

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  2. Cristal armado... y lleno de filosofías.

    Saludos

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