jueves, 12 de abril de 2012

Contra todo lo perverso ...



Instintivamente, recurren a ese mismo procedimiento de castrar y exterminar, en la lucha contra un deseo, quienes son demasiado débiles, demasiado degenerados para poder moderar dicho deseo: aquellos caracteres que , hablando metafóricamente ( y no metafóricamente), precisan de la Trapa, necesitan declarar de alguna manera una guerra a muerte a las pasiones , abrir un abismo entre ellos y las pasiones . Sólo los degenerados no tienen más remedio que apelar a los procedimientos radicales; la debilidad de la voluntad, o , más exactamente , la incapacidad de reaccionar ante un estímulo no es sino otra forma más de degeneración. La enemistad racical, la guerra a muerte contra sensualidad no deja de ser un síntoma que nos hace reflexionar; permite hacer conjeturas sobre el estado general de quien llega a cometer un exceso así.


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Hoy, que hemos entrado en un movimiento totalmente contrario a aquél , hoy que principalmente nosotros , los inmoralistas , tratamos de eliminar del mundo nuevamente, con todas nuestras fuerzas , los conceptos de culpa y de castigo , y de purificar de ellos la psicología ,, la historia, la naturaleza, las instituciones y sanciones sociales , no contamos con unos adversarios más radicales que los teólogos, quienes , esgrimiendo la idea del "orden moral del mundo", siguen infectando la inocencia del devenir mediante los conceptos de "culpa" y de "castigo". El cristianismo, es una metafísica de verdugos .




Friedrich Nietzsche
El ocaso de los ídolos

Filosofía ensayo
Foto: Cartel promo Folsom Berlin

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