jueves, 25 de septiembre de 2014
Que se aparten los trenes...
¿Cómo , en efecto? Pero con el alivio de no tener una vez más pareja, he regresado a tientas a mi rincón oscuro donde las sillas vacías de los invitados permanecen erguidas como estériles espigas de trigo.
Balthazar
Lawrence Durrell
Edhasa Pocket
Foto : Francesc Catalá Roca
miércoles, 20 de marzo de 2013
Reverso del sofisma
Creo que es preferible apartarse resueltamente de esas grandes palabras oblongas como Belleza, Verdad, etcetera. ¿Les preocupa? Somos tan tontos , tan débiles de espíritu cuando se trata de vivir; en cambio somos unos gigantes cuando se trata de pronunciarse sobre el universo .
Balthazar
Lawrence Durrell
Edhasa
Foto : Rhagu Rai
martes, 1 de noviembre de 2011
Al lugar donde has sido feliz ...no debieras tratar de volver

Un reportaje melancólico de Terenci Moix sobre Alejandría me ha traído el recuerdo de aquella novela sobre la ciudad que me gustó tanto hace mucho tiempo , y que no he vuelto a leer, ni siquiera a hoyear , tal vez en los últimos quince años , el Cuarteto de Lawrence Durrell. He comprobado que mi caso no es único : conozco a otras personas que también se apasionarion por esos cuatro volumenes , que los recuerdan como una de las lecturas decisivas de sus vidas , pero que tampoco han vuelto a ellos en muchos años . Tal vez uno intuye que la emoción antigua no va a repetirse, y prefiere intuitivamente la tibia vaguedad del recuerdo a la lucidez fría de la decepción. Si uno de los hechizos más poderosos de la literartura es el de concerdernos un acceso a la vez íntimo e imaginario a personas y a mundos que nos son inaccesibles en la vida real, el Cuarteto de Alejandria nos daba a muchos provincianos sin grandes perspectivas sentimentales o viajeras la sensación de compartir el cosmopolitismo , las vidas disolutas , las emociones sutitles y algo perversas , el brillo entre canalla y elitista de los personajes de Durrell.......
Antonio Muñoz Molina
La vida por delante
alfaguara
Ilustracion : Wyeth
lunes, 5 de septiembre de 2011
Luchas desiguales

Tenemos la tendencia, a adoptar un elevado tono moral cuando hablamos de estas cosas , pero en realidad , ¿quién se criticará a sí mismo por haberse empinado sobre las puntas de los pies para cortar una manzana madura que asomaba sobre una tapia caliente de sol ? La mayoría de las mujeres con el temperamento y los antecedentes de Justine no se hubieran atrevido a imitarla , aunque hubiesen tenido libertad de hacerlo. ¿ Es preferible acaso para el alma soportar pesadillas y resfriados , para que el médico encuentre siempre una frente caliente y un aire culpable? No sé. Es difícil aislar una cualidad moral en el acto libre. Y además , enamorarse de alguien más ignorante que uno mismo añade el delicioso estremecimiento que produce la conciencia de pervertirlo, de sumirlo en el barro del que nacen las pasiones y los poemas , y las teorías sobre Dios. Quizá sea más prudente no emitir juicios .
Balthazar
Lawrence Durrell
Pocket Edhasa
Foto: Laure Albin Guillot
sábado, 30 de octubre de 2010
Donde estareis......

Si , los muertos están en todas partes . No se los puede eludir tan fácilmente . En cada uno de los rincones de nuestras vidas secretas sentimos la triste y ciega presión de sus dedos despojados pidiendo que se les conceda un recuerdo, que se los haga renacer a la vida , invadir nuestros abrazos. LLevamos dentro de nosotros, como trofeos biológicos , la herencia de sus fracasos vitales; la forma de unos ojos , la curva de una nariz, o en líneas más fugitivas aún como la muerta risa de alguien, o un hoyuelo que despierta una sonrisa tiempo ha enterrada. El más simple de aquellos besos nuestros poseía un linaje de muerte. En ellos se amparaban amores olvidados , ansiosos por renacer . Las raíces de todos los suspiros están enterradas en el suelo...
Lawrence Durrell
Clea
Pocket Edhasa
Foto: Abused Silence Alexander Knupletz
lunes, 4 de octubre de 2010
Contra esa nada

No hacía mucho que eran amantes : diez días apenas ; pero al juvenil Mountolive le parecía un siglo, una eternidad de desesperación y placer. Lo habían educado con severidad en Inglaterra, educado para que no deseara sentir. Todas las otras lecciones valiosas ya las había dominado, a pesar de su juventud: afrontar con sangre fría los problemas de la sala y de la calle, pero a las emociones personales sólo podía oponerles el silencio nervioso de una sensibilidadad nacional anestesiada hasta convertirse casi en una torpe taciturnidad: una educación en reticencias y verguenzas seleccionadas . Rara vez van juntas la buena educación y la sensibilidad, aunque la brecha puede disfrazarse fácilmente con códigos de buenas maneras, formas de dirigirse al mundo. Había oído y leído acerca de la pasión, pero mirándola como algo que nunca lo iba a asaltar , y allí estaba esa pasión, irrumpiendo un la vida secreta que él, como todo colegial excesivamente crecido , seguía viviendo autónomamente detrás de la pantalla indulgente de las maneras y transacciones cotidianas , de la charla y efectos de todos los días . ..
Mountolive
Lawrence Durrell
Edhasa
Foto: Toni Patrioli
martes, 22 de diciembre de 2009
Para los arbitrios del tiempo

Así huyó aquel verano, a través de un invierno de vientos veloces, de heladas más penetrantes que la pena, preparándonos para ese último y maravilloso estío que casi no dió tiempo de brindar sus ofrendas a la primavera. Aquel verano que llegó cimbreandose desde alguna latitud remota, largo tiempo olvidada, soñada acaso por primera vez en el Edén , descubierta de nuevo , como por milagro, entre los dormidos pensamientos de la humanidad. LLegó como un rompehielos del espíritu, para anclar frente a la ciudad, con las blancas velas deplegadas como las alas de un ave marina . Ah!, Persigo metáforas que puedan expresar aquella felicidad intensa, rara vez concedida a los amantes ; pero las palabras, que fueron inventadas como primitivas armas contra la desesperación, son demasiado torpes para reflejar la gracia de algo tan apacible, tan perfecto y armónico en si mismo. Las palabras son los meros espejos de nuestro descontento, contienen los enormes huevos no incubados de todas las penas del mundo.
Lawrence Durrell
Clea
pocket Edhasa
foto: Anji
lunes, 16 de noviembre de 2009
La espina en la cabeza
............
..........
Surgirán las grandes escuelas del amor, y el conocimiento sexual e intelectual tomarán, uno de otro, nuevos ímpetus. El animal humano será sacado de la jaula, y se limpiará su sucia paja cultural y sus restos coprolíticios de creencias .Y el espíritu humano, radiante de luz y de alegría, hollará suavemente el pasto verde como un danzarín ; surgirá para cohabitar con las formas de tiempo y procear hijos al mundo de lo elemental, ondinas y salamandras , sílfides y silvestres, gnomos y vulcanos, ángeles y elfos .
CLEA
Lawrence Durrell
Pocket Edhasa
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Manual de vida

En el amor hay algo que no llamaré imperfecto, porque la imperfección está en nosotros, pero sí algo que no hemos comprendido. Por ejemplo, el amor que usted siente por Justine no es un amor diferente inspirado por un objeto diferente, sino el mismo amor que siente por Melissa y que trata de realizarse por intermedio de Justine . El amor es terriblemente estable, y a cada uno nos toca una sola porción, digamos un ración. Puede presentarse en infinidad de formas y volcarse en una infinidad de personas .Pero es limitado en su cantidad , se gasta , se aja y estropea antes de haber alcanzado su verdadero objeto. Su meta está en alguna de las regiones mas recónditas de la psique , donde puede llegar a reconocerse como un amor a sí mismo, fundamento sobre el que alzamos una especie de salud del espiritu . Y no me refiero al egoísmo ni al narcisismo .
Lawrence Durell
Justine
Edhasa
foto: Jaefa Dewalt
miércoles, 25 de marzo de 2009
Compartir Justine ....

Al pasar entre las barracas iba escuchando sus invitaciones, que no eran gritos humanos, sino suaves arrullos de palomas, voces apacibles que vertían en la calle la serenidad y la calma del claustro. No era el sexo lo que ofrecían desde su monótona reclusión entre los amarillentos resplandores de las lámparas, si no que , como aunténticas moradoras de Alejandría , proponían el olvido profundo de la procreación, a través del placer físico asumido sin repugnancia.
Justine
Lawrence Durrell
Edhasa

