Mi dulce tortura ....

Porque a veces se oye a personas que parecen normales , y hasta sensatas , hablar alegremente del amor como de un sentimiento ligero y sin consecuencias . Se dice que brinda no pocos placeres , y que ese contacto de dos epidermis tiene su encanto. Se añade que el encanto o el placer son gozados plenamente por quien sabe respetar del amor su fantasía, su capricho y su libertad natural. Por mi, no hay inconveniente, y si tan fácil es para dos personas de distinto sexo ( o de igual sexo ) darse mutua satisfación, felicidades y enhorabuena! , harían muy mal en complicarse la vida. Pero hay en todo ello una o dos palabras que me molestan : la palabra amor y tambíen la palabra libertad. Es evidente que se contradicen.

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Parece que estoy diciendo cosas espantosas. Es posible, pero es que el espanto es el pan nuestro de cada día - y tal vez los libros peligrosos sean simplemente aquellos que nos devuelven a nuestro peligro natural. ¿Qué enamorado no se asustaría si midiera por un instante el alcance del juramento que hace, y no a la ligera, de entregarse para toda la vida? ¿ Qué enamorada, si sopesara un segundo lo que quieren decir los "no supe lo que era el amor hasta que te conocí ...Nunca me sentí conmovida antes de conocerte" que le vienen a los labios? O, incluso, las más serias - ¿más serias? - "Quisiera ser castigada por haber sido feliz antes de conocerte ". Tomádle la palabra. Ya va , por así decirlo, bien servida .

 

Pauline ReageHistoria de OPrologo de Jean Paulhan
"La dicha en la esclavitud"
Quintento
foto: Geoff Cordner