martes, 31 de enero de 2012

Prisionero de una actitud


Sufría . Sufría por orgullo. Su desquite con el doble de Dargelos era un lamentable fracaso. Agathe le dominaba. Y , en vez de comprender que él la amaba , que ella le dominaba con su dulzura , que le interesaba dejarse vencer , se engallaba , se encrespaba, se rebelaba contra esa diabólica fatalidad que tomaba por su demonio .
Para vaciar una tina en otra mediante un tubo de caucho, basta con comenzar.
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Desde esta habitación tan poco apta para organizarse, para equilibrarse , Paul soñaba su amor y no lo relacionó con Agathe al principio a partir de ninguna perspectiva terrena . Se exaltaba en soledad. Bruscamente vio en el espejo su rostro sereno y se avergonzó de la cara ceñuda con que su estupidez lo había transformado. Había querido contestar al daño haciendo daño. Ahora bien, su mal se transformaba en un bien. Iba a devolver bien por bien lo más rapidamente posible. ¿Sería capaz de ello ? Amaba ; eso no significaba que ese amor fuera recíproco y que nunca pudiera serlo .



Jean Cocteau
Los niños terribles
Catedra Letras Universales
ilustración : Raphael Perez

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