El placer que experimentas en ese momento es un sentimiento genuinamente humano. Lo digo porque en ese preciso instante posees aquella normalidad que constituye tu obsesión. Sea cual fuere la forma que tu fantasía adpota, te sientes sexualmente excitado hasta lo más hondo de tu realidad física, y esa excitación es totalmente normal, sin que en nada se diferencie de la de los demás hombres .Tu mente se estremece bajo el torrente de esa excitación primitiva y misteriosa. El profundo goce del salvaje renace de tu pecho. Tus ojos resplandecen, la sangre recorre llameante tu cuerpo y te domina aquella manifestación de vida a la que las tribus salvajes rinden culto. Incluso despues de la eyaculacion , en tu cuerpo permanece una fiebre salvaje. No padeces esa tristeza que sigue a la unión carnal con una mujer. Resplandeces de disipada soledad . Durante un breve periodo flotas en el recuerdo de un inmenso rio antiguo.
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No puedo comprender porque tu que puedes a veces sentir el produndo placer de la existencia humana , tienes necesidad de proclamar esas ñoñeces acerca del amor y del alma.
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Yukio Mishima
Confesiones de una máscara
Espasa Relecturas
Gráfico: Hadao Hasegawa
...Tan sólo dejar mis cortas palabras AMIGO en mi retorno! Leo cómo has estado hiperactivo con tu siempre variado blog. Nos vemos muy prontito. Te Quiero, Kabroncete... ;-)
ResponderEliminarQue libro mas revelador. El momento en que cuenta aquel desfile ceremonial que pasa por delante de su casa y como los hombres irrumpen en el jardin de sus padres creo que es la mejor definicion de lo que Mishima era, una fuerza incontenible mas alla de lo racional, puro deseo
ResponderEliminarSe me antoja ahora algo obsoleto todo lo que Mishima decia. Falta de identficación con su tormento, pero si, estoy de acuerdo , era puro deseo... y en eso se quedaba casi siempre. Arquero... bienvenido otra vez, en breves nos ponemos al día en la Ciutat Condal
ResponderEliminarMishima como buen capricornio que era tenía algo telúrico en lo más profundo de sí mismo.
ResponderEliminarSiempre merece la pena leerle.
...Ay Dios!Cuánta ALEGRÍA me darás cuando me visites.. :-)
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