martes, 9 de febrero de 2010

Haber oído mi voz.......




Y una vez más ahora se avergonzó Ortega de estos sentimientos miserables ,de este cálculo hedonista que era consustancial a su manera de ser pero que no era ,después de todo, más que un vulgar egoísmo. Ortega llegó a pensar también, oscuramente (casi más que un pensamiento fue una imagen desolada como un ave que sobrevuela un desierto y que grita repentinamente), que había algo razonable y decente en ese egoísmo y no sólo simple temor a un cambio de costumbres : una conciencia de las propias limitaciones y de las ajenas que bien puede decirse semejante a la aunténtica comprensión del prójimo. Pero sobrevolando por encima de todos los sentimientos, pensamientos e imagenes, sentía Ortega, como una impotencia vergonzosa, la verguenza del calculador que ,en la medida en que calcula , se retrae y no es capaz de sentir pasión para la pasión y no se atreve, a suerte o a muerte, a enamorarse nunca por completo.



Alvaro Pombo
Los delitos insignificantes
Compactos Anagrama
foto: Mark I Chester

5 comentarios:

  1. Es lo que tiene la gente muy racional, que se empeña en racionaliza pasiones. De todas formas para enamorase hay que ser muy valiente.

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  2. ¿Eres tu un poco asi mi querido Refusenik?

    ¿Que tal te parece el libro?

    Enhorabuena por lo del piso, supongo que ahora respiraras

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  3. Gracias Ernst! Pues si, ya respiro tranquilo, menos mal. Me encanta Pombo, ya lo sabes, me quejo de esa poca innovación , se estaciona demasiado en lo mismo, adolece de cierto inmovilismo, en verdad creo que le han fallado las fuerzas . Y bueno si, un poco calculador si que soy, que te voy a decir que no sepas ...jeje ;)

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  4. Pues sí, enhorabuena, ha tardado pero todo se arregla, era cuestion de tiempo..Quien es el agraciado??

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  5. agraciada. Ya te lo cuento, te sorprenderá .

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