Ahí , los siete maromos maricas y sus dos amigas mariliendres se lo cuentan todo: la sauna, la mamada peregrina antes de coger el bus, la cita a ciegas , el encuentro con la cam, los cuernos, y lo sorprendente es que no pasa nada . Nada malo , quiero decir. Las zonas cruising , todo bien. Los cuartos oscuros, también. Parece que nadie siente vacío alguno. Sin embargo , la amiga mariliendre, ansiosa de seguir el ritmo de sus homólogos, pierde el Norte y se cree que ella es uno más , es decir, que ella es un gay, y no una tía. Una tía hetero. Así que se dedica a tirarse a todo lo que mueve , como si no pasase nada y luego te da un bajón de la leche , porque lo que tiene es un desorden afectivo impresionante, y le da la llorera y coge al más sensible de la panda y se cuentan las penas , que le duran hasta que se tira al siguiente que se encuentra por ahí , y así hasta que se hace vieja , y hace como que no pasa nada , como que el sexo no es importante , y la pareja tampoco, como que ella, su perro, y sus amigos mariquitas son muy felices . Y detras queda una cadeneta de semidesonocidos con caras y nombres borrosos que vete a saber donde estarán, que ni se acordarán de ella, ni les importará lo más mínimo. Es la servidumbre de elegir ese camino. En fin, visto lo visto, tanto da hacerse mariliendre que hacerse mari a secas . Los dos caminos son horribles, lo malo es ser humano. Horror a manos llenas , que decía Blas de Otero .
Extraído del artículo "Vivir y morir solo en el siglo XXI"
Numero 41 de la publicación Mondo Brutto
http://mondobruttolibros.blogspot.com/
Yo siempre he sido un poco Marilyn...como a mi me gusta llamar a las mariliendres!
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